Más de un susto, y gordo, nos hemos llevado cuando un familiar o amigo se ha atragantado con una astilla de chuleta, un hueso, una espina grande o al ingerir accidentalmente un objeto pequeño –sobre todo en los atragantamientos de los niños-. Es algo, desgraciadamente, más habitual en época de verano, ya que las barbacoas y comidas al aire libre y en grupos más grandes nos han hecho imperdonablemente despistarnos. Pero, a veces, es inevitable el despiste, aunque afortunadamente se pueden seguir unas pautas para poner solución o prevenir la asfixia que les produce.
Pautas para superar los atragantamientos en los niños y cómo reaccionar
La asfixia al atragantarse una persona es la tercera causa de muerte no natural en España y afecta especialmente a niños y ancianos. Pero, si no entramos en pánico, se puede poner freno o salir de ella. La doctora Marta López Tomás, de E-Health Medical Manager de Cigna España –empresa especialista en seguros de salud, indica que “es importante incidir en las medidas de prevención, ya que muchos casos de asfixia pueden evitarse. Además, es fundamental tener conocimientos de las pautas de actuación en caso de atragantamiento y conocer los pasos a seguir”.
Los bebés y niños son un grupo de riesgo ya que no está completado su desarrollo para masticar y tragar. Siempre, según el estudio y el sentido común, debemos mantener fuera de su alcance los objetos pequeños y los juguetes que deben usar tienen que ser adecuados a su edad y estar homologados. Debemos prestar especial atención a objetos como globos y canicas. En cuanto a los alimentos, se los debemos administrar en trozos pequeños, sin raspas ni huesos o espinas. Y deben masticar; importantísimo.
Cómo actuar ante su asfixia
Si ya es irremisible la asfixia por atragantamiento se puede actuar de dos maneras –intentando mantener la calma-. En el caso de que la obstrucción haya sido parcial y se mantengan la entrada de aire en su cuerpecito, jamás se debe golpear la espalda, ya que podemos provocar que en objeto se enclave más y lo que hay que provocar es la tos para que los expulse. Si la obstrucción es total hay que practicar la conocida como Maniobra de Heimlich; es decir, rodear al pequeño por la espalda con los dos brazos y presionar con el puño cerrado y el pulgar de la mano derecha hacia el centro de la boca del estómago (bajo las costillas), haciendo presión con la otra mano y realizando compresiones rápidas, hacia arriba y hacia adentro hasta que expulse en objeto o alimento.
¿Y qué hacer si es un bebé?
Estas pautas que nos recomiendan se practican en mayores de 2 años. Si los niños son menores de esta edad el protocolo cambia. Primero hay que determinar el nivel de asfixia, si tose significa que su asfixia es parcial y que su atragantamiento le permite respirar pues la obstrucción de la vía aérea no está completamente obstruida. En este caso, para realizar la maniobra de Heimlich le colocamos sobre nuestro brazo, boca abajo, con la cabeza más baja que el resto del cuerpo. Le damos cinco palmadas con el talón de nuestra mano con el fin de que expulse aquello que le está produciendo el atragantamiento.
El atragantamiento en los niños, como tantas emergencias vitales, es algo que ocurre en apenas unos segundos.
Si por el contrario no puede respirar y el niño pierde la consciencia, hay que realizar las maniobras de reanimación cardiopulmonar y tender al pequeño boca arriba y siempre sobre una superficie dura y rígida. Inmediatamente, debemos apoyar una de nuestras manos sobre la otra y ambas sobre el esternón y el ombligo del niño, con cuidado, y empujar varias veces y sin parar en dirección a tórax hasta que expulse el objeto que ha provocado su asfixia por accidente .
Obviamente si la situación se complica hay que llamar al 112 de inmediato. Estas pautas descritas son maniobras de primeros auxilios que nosotros debemos hacer mientras viene la asistencia médica, para no perder ni un segundo. En cualquier caso, lo mejor es vigilar y seguir estas sencillas normas de prevención.
