Consejos para que los niños disfruten del esquí de forma segura

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El esquí es un deporte que te puede proporcionar unas inolvidables vivencias si lo practicas en familia con los niños. Espectaculares paisajes, aire puro para tus pulmones, cambio radical frente a las rutinas diarias en la ciudad, actividad física saludable… en definitiva, una gran dosis de salud y diversión para toda la familia. Pero si quieres disfrutarlo plenamente, es conveniente que tengas en cuenta una serie de factores que pueden resultar decisivos para que tu estancia en la nieve te resulte verdaderamente inolvidable.

Los consejos del especialista

En está ocasión, hemos entrevistado a nuestro compañero Luis Fajardo, que además de ser nuestro especialista en deportes, es profesor titulado por la Escuela Española de Esquí, además de haber pertenecido al Equipo Nacional de Saltos de esquí, del que llegó a ser entrenador nacional.

¿A qué edad se puede empezar a practicar?

Se suele decir que el esquí es un deporte que, practicado en la medida de las posibilidades de cada uno, no tiene edades. En lo que sí coinciden la mayoría de los expertos es en que una buena edad para que los niños comiencen a esquiar sería en torno a los 4 o 5 años, pero eso depende de las condiciones de cada niño (no es extraño ver a niños de 3 años deslizándose por las pistas). Por supuesto, se puede comenzar a esquiar prácticamente a cualquier edad.

¿Qué equipación es recomendable?

La equipación de esquí básica

equipación de esquí básica

Es la compuesta por botas, esquís, bastones y fijaciones. Como los niños no paran de crecer, lo más habitual es alquilar el material en la propia estación (todas cuentan con servicio de alquiler de material). Para elegir las botas, las tiendas suelen tener unas plantillas con las que determinarán el tamaño que necesita cada niño. Es importante tener en cuenta su nivel de esquí ya que un niño que empieza no necesita unas botas muy duras y, por el contrario, un niño avanzado sí puede necesitarlas.

En cuanto a los esquís, éstos no deben superar la altura de la nariz del niño estando de pie y también deberemos escoger unos adecuados a su nivel. La longitud de los bastones se determina haciendo que el niño coja el bastón al revés (por la punta) teniendo en cuenta que debe permitirle que su brazo haga un ángulo recto cuando apoya la empuñadura en el suelo. Asegúrate de que las fijaciones están reguladas correctamente de acuerdo con el peso del niño (si están muy blandas se le saldrán los esquís constantemente y si están muy duras pueden provocar lesiones en caso de caída). En cualquier caso debemos dejarnos guiar por los profesionales al cargo de las tiendas ya que ellos son los que más experiencia tienen.

Protegerles del frío

Además de la equipación necesaria para la practica de este deporte, también es esencial proteger sus manos y pies, las primeras zonas del cuerpo que acusan el frío.

Para las manos podemos optar por guantes (mayor movilidad) o manoplas (más calientes) pero sí es necesario que les protejan tanto del frío como de la humedad.

Para los pies es imprescindible una buena elección de los calcetines ya que unos inadecuados te pueden arruinar una jornada de esquí. A esto Luis nos comenta, «existe la falsa creencia de que cuanto más grueso mejor, lo que es un gran error. El calcetín debe ser más bien fino y si puede estar reforzado en el talón y en la puntera mejor».

Tanto en guantes como en calcetines deben permitir la transpiración. Además es necesario llevar un calzado apropiado para después de esquiar. Podemos optar por unos descansos (muy recomendables para el frío) o unas zapatillas deportivas.

Otros complementos para su seguridad

nieve gafas de sol para esquí

Otro de los elementos esenciales en una jornada en la nieve, son las gafas de sol para que les protejan de los rayos ultravioleta, que deben ser de calidad y los niños «no se las deben quitar ni un solo instante, durante toda la jornada de esquí «, añade Luis. El casco, absolutamente imprescindible para los niños (para los mayores también debería serlo); y las protecciones corporales o ‘tortugas’ que les protegerán la espalda frente a las inevitables caídas que se van a producir.

A la hora de esquiar

«Una vez lleguemos a las pistas lo primero será embadurnar a los niños (y nosotros mismos) de crema de la máxima protección solar, las quemaduras en altitud son tremendas y muy traidoras», nos comenta por su propia experiencia. Además, ayudarles a ponerse las botas (asegúrate de que las llevan bien ajustadas sin que les corte la circulación), el casco, los guantes y las gafas y enseñarles a transportar sus propios esquís. Deben llevarlos apoyados en el hombro y con las espátulas hacia adelante, donde los sujetarán con una de las manos. En la otra llevarán sus bastones.

También es recomendable llevar una pequeña mochila donde pondremos la crema de protección (deben ponérsela varias veces al día), agua o líquidos para hidratarse, algún gorro, guantes o gafas de reserva y una pequeña reserva de alimentos (galletas, frutos secos o el tradicional bocata) ya que los niños siempre tienen hambre.

En las pistas

Ya hemos comentado que el esquí es un deporte considerado de riesgo así que toda precaución cuando vamos con niños nunca estará de más. Si no lo tienes, adquiere el seguro que te ofrecerán a la hora de sacar el forfait. Es un gasto de unos tres o cuatro euros que te evitará muchos problemas en caso de accidente. Además:

  • Evita los horarios y las zonas de gran confluencia si es posible. Está comprobado que las horas de más afluencia son las comprendidas entre las 11 y las 2 de la tarde y ya se sabe que a mayor aglomeración de esquiadores, mayor riesgo de accidentes.
  • Elige pistas adecuadas para tus niños. Si queremos que disfruten, será necesario que la pista sea del nivel adecuado a su nivel de esquí. Además, en las pistas de mayor dificultad nos encontraremos esquiadores a gran velocidad y esto aumenta el riesgo. Si el niño se está iniciando, llévalo al parque de nieve, que es un recinto cerrado exclusivamente para niños y controlado por monitores específicos. La práctica totalidad de las estaciones lo tienen.
  • Aunque cada vez están más en desuso, evita ir con los niños a los telesquís ya que cualquier caída en el arrastre te supondrá un buen problema. Si no te queda más remedio que coger uno de ellos, trata de situar a un adulto en cabeza (para que les ayude a soltar la percha) y otro adulto en cola para que socorra al niño en caso de caída.
  • En los telesillas es mucho más sencillo ya que no hay caídas (importantísimo bajar la barrera de seguridad de la silla inmediatamente) y siempre contarás con la ayuda del encargado del remonte tanto para subir a los niños como para bajarlos de la silla. Eso sí, es muy importante que siempre vaya un adulto acompañando a los niños en la ascensión del telesilla.

Esquiar en grupo

Es recomendable que con un grupo de niños esquíen dos adultos, uno de ellos abriendo el camino y el otro situado en cola para poder ayudar a cualquier niño en caso de caída.

Cuando os paréis debéis hacerlo siempre en un borde de la pista y en un sitio de visibilidad para los que vienen por detrás.

No te salgas jamás con los niños fuera de las pistas balizadas.

De camino a la estación de esquí

viajar con niños a una jornada de esquí en familia

Si podemos, miremos el parte meteorológico antes de salir y escojamos los días más favorables. No convirtamos el esquí en una tortura para los niños. Pero si no nos queda más remedio, hagamos pausas en la cafetería antes de que el frío se les meta en el cuerpo y, cuando tengamos que parar en medio de una bajada, preocúpate de que ellos estén siempre de espaldas al viento.

En tu viaje hacia las pistas, la principal norma es no meter los esquís dentro del habitáculo del vehiculo. Por inofensivos que nos parezcan, los esquís se convierten en un arma casi mortal dentro del habitáculo del coche en caso de accidente. Además nos arriesgamos a que nos pongan una multa si algún agente se percata de ello. Así que los esquís al maletero o al portaesquís y, por supuesto, recuerda llevarte las cadenas para el coche, que nunca se sabe.

En definitiva, si quieres disfrutar de una inolvidable jornada de esquí con tus niños, utiliza el sentido común que, por desgracia, en algunas ocasiones se convierte en el menos común de los sentidos.