El Covid-19 pone a prueba el sistema educativo español

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El 11 de marzo todo cambió en el modelo educativo en España. Ese día fue el fin de una era con el cierre de colegios y universidades, primero en Madrid y la Rioja, y paulatinamente en el resto de las comunidades autónomas hasta el 16 del mismo mes.

La consecuencia no fue otra que 10 millones de estudiantes tuvieron que retomar su aprendizaje de forma on line, algo para lo que nuestro sistema educativo no estaba, ni mucho menos, preparado.

La enseñanza on line, una auténtica odisea

El reto fue y, sigue siendo, mayúsculo, y cada centro educativo se las ha apañado como ha podido. En este medio hemos recibido quejas de padres de algunos centros en los que cursaban estudios sus hijos y que en apariencia estaban preparados, o al menos presumían de ello, para adaptarse a nueva realidad tecnológica, cuando la realidad no era así. A la mayoría de los colegios les pilló con el pie cambiado y llevan, desde entonces, intentando salir del atolladero como pueden. La herramienta tecnológica que han utilizado la gran mayoría en España ha sido Google Classroom, y menos mal que existía.

¿Aprobar o aprender?

En España nos preocupamos más que nuestros hijos aprueben a que aprendan; esta es la realidad aunque pretendamos negarla. Y este año va a ser sin duda el más fácil de aprobar de toda la historia estudiantil. Y aunque sea en parte lógico (no sería muy justo suspender a los alumnos que vaya justitos) lo cierto es que el próximo curso aquellos que hayan estudiado en un centro que busque la excelencia educativa tendrán una notable ventaja el próximo curso.

Dos centros que buscan la excelencia educativa

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Tenemos como muestra dos interesantes colegios de los que explicamos en sendos artículos sus principales características. Uno es Maristas San José del Parque, un colegio madrileño privado y bilingüe, con 100 años de experiencia y avalado por los destacados resultados académicos de más de 15.000 antiguos alumnos, que cuenta con un modelo innovador que se basa en la estimulación temprana, el bilingüismo y la inteligencia emocional.

El otro modelo de centro que destacamos es Everest School que en sus 37 años de historia lleva preparando a los jóvenes para que comprendan el mundo, sean capaces de pensar con rigor expresándose tanto en español como en inglés, y asuman el reto de la formación integral en sus vidas. Su lema Semper Altius significa en latín ‘siempre más alto’ y expresa su aspiración por alcanzar, cada día, el máximo desarrollo integral posible: la excelencia física, intelectual y moral de cada uno de sus alumnos.

Estos dos centros tienen entre sus objetivos el aprendizaje del inglés de verdad, que les permita expresarse de una forma correcta, lógica y ágil. Y aunque se ha avanzado mucho en la enseñanza de los idiomas en España, todavía no se hace en todos los colegios igual.

Para los alumnos que no cuenten con esa suerte es imprescindible para su futuro que refuercen estos conocimientos de forma externa. Aquí os ponemos un ejemplo, la Academia de Inglés, ubicada en Madrid con más de 32 años de experiencia. Aunque está especializada en inglés, también ofrecen cursos de francés, alemán, chino, ruso y portugués. Sus profesores son nativos en el idioma que imparten y licenciados universitarios. Su modelo de enseñanza se basa en que sea un proceso divertido y ameno, desde luego la mejor manera de progresar.

La incógnita de la desescalada

El plan de desescalada presentado por el Ejecutivo plantea que algunos centros abran durante la fase 2 para refuerzo o para los alumnos de 2º de Bachillerato que estén preparando la selectividad (ahora llamada EBAU). Una idea que apoyan algunas comunidades autónomas pero que rechazan mayoritariamente los profesores.

El ministro de Sanidad, Salvador Illa, ha dejado la responsabilidad en manos de cada comunidad, aunque sin desentenderse del todo el Gobierno central. De momento, el 14 de mayo se acordó crear un plan coordinado entre comunidades autónomas y Gobierno que permita incrementar los recursos para avanzar en la digitalización, estableciendo diversos escenarios en función de cómo evolucione el coronavirus.

Parecen más buenas palabras que otra cosa. Pero lo que es cierto es que los centros no han tenido más remedio que acelerar, al ver sus carencias, las soluciones digitales que existen para desarrollar su modelo educativo.

Necesidad urgente de acelerar la digitalización

Se desarrolle de una forma u otra esta pandemia, ha quedado una cosa clara, y es la necesidad urgente de introducir de forma integral la tecnología en el sistema educativo. No hay mal, y este está siendo tremendamente horroroso y cruel, que por bien no venga. Y aunque en España presumimos de nuestra red de telecomunicaciones (que es una de las mejores del mundo) lo cierto es que estamos muy por detrás de los países más avanzados en el uso de la tecnología tanto en las empresas como en otras facetas de nuestra vida como es el caso de la educación. Eso sí, en uso y números de teléfonos móviles para motivos espurios, somos de los países más desarrollados.

Tenemos que aprender de las inconsistencias y lagunas que nos ha revelado esta tragedia y cambiar el paradigma educativo. Y para que funcione los actores principales son los profesionales -los profesores-, los centros, los padres y los alumnos. No confiemos mucho en las administraciones públicas que, como siempre hacen, en cuanto la pandemia se diluya, todas las bonitas palabras que ahora oímos pasarán a un segundo plano.