Los jardines también son para el invierno

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jardines de invierno

No solo la primavera y el verano son las mejores épocas para pasear y conocer jardines. También los días soleados del invierno (o los lluviosos, según gustos y preferencias) pueden convertirse en momentos perfectos para disfrutar de estos espacios, llenos de vida.

Si alguien sabe de flores es la empresa Interflora, quien nos anima a que los visitemos y salgamos de los circuitos convencionales para conocer jardines ‘con mucho arte’, algunos de ellos famosos por tener entre sus especies las flores más bonitas del invierno como las camelias o los rododendros. Echa un vistazo a esta propuesta, seguro que a pesar de estos tiempos de restricciones de movilidad hay alguno que puedes visitar.

Los Jardines del Museo (Madrid)

En pleno centro de Madrid, se alzan dos preciosos jardines que tienen como hilo argumental ser la antesala de entrada al Museo Casa Sorolla y al Museo del Romanticismo. El primero es el camino para acceder al palacete que fuera la casa y hoy museo del famoso pintor valenciano, en el que se entrelazan tres jardines de inspiraciones diversas con fuentes y pequeños estanques. El segundo, conocido también como el jardín del Magnolio es un oasis urbano en el que se puede contemplar un espacio lleno de plantas y árboles, con un bonito magnolio que da nombre al jardín.

Jardín de las Hespérides

En la mitología griega, las Hespérides eran las ninfas que cuidaban un maravilloso jardín en un lejano rincón del occidente y que según el poeta griego siciliano Estesícoro y el geógrafo Estrabón, se encontraban en Tartessos, un lugar situado en el sur de la península ibérica.

Sea o no cierto, este jardín valenciano está basado en el mito de las Hespérides, y sirve de hilo argumental, interpretado por medio de diferentes especies vegetales y esculturas, con el telón de fondo de los muros de ciprés intermitentes.

El espacio central del jardín se configura como una explanada desde la cual el espectador puede contemplar los episodios del referente argumental: el árbol de las manzanas de oro, las esculturas de las ninfas y su metamorfosis en árboles, la escultura de Hércules o el fantástico dragón, también metamorfoseado en serpiente.

Inaugurado en el año 2000 con una superficie de 4.700 metros cuadrados, se propone como un ‘hortus conclusus’, cuyo cerramiento se abre puntualmente por los lados, invitando al transeúnte a entrar en el espacio ajardinado. Su trazado evidencia la racionalidad de un espacio de jardín de colección que queda difuminado por la propia vegetación.

Parque del Laberinto de Horta (Barcelona)

Es el jardín más antiguo de la ciudad condal, con una historia que se remonta al año 1791, pero poco conocido y con mucho que ofrecer. De estilo neoclásico, con el paso del tiempo fue incorporando elementos románticos, y es famoso por su gran laberinto. Un acertijo construido con muros de cipreses que esconden una escultura central. Entre sus especies más singulares destacan un cedro del Himalaya, un tilo, un árbol de Júpiter, una enorme plantación de camelias, una encina de 1903, un madroño de 1913

Jardines del Carmen de los Mártires (Granada)

Localizado en los alrededores de la Alhambra, es poco conocido si lo comparamos con los de este insigne edificio. Declarado Jardín Histórico en 1943, se trata de un conjunto de jardines románticos, ingleses y franceses. En sus siete hectáreas se entremezclan diversos palacetes con jardines como el de las Palmeras, un embarcadero, fuentes y estatuas mitológicas

Jardín del Pazo de Oca (A Estrada, Pontevedra)

Es, sin duda, uno de los jardines más bonitos para visitar en invierno, conocido como el Versalles gallego y uno de los exponentes más importantes de la jardinería de Galicia. Cuenta con un espectacular pazo, la construcción tradicional de la zona, rodeado de espléndido jardín donde se puede contemplar una de las colecciones más impresionantes de camelias, que ahora en invierno florecen y muestran gran parte de su esplendor.

Chillida Leku (Hernani, Guipúzcoa)

Es un jardín museo porque en él se reparten más de 40 obras del famoso escultor Eduardo Chillida. Cuenta con más de 11 hectáreas de extensión donde las hayas y los robles asumen un protagonismo de excepción y establecen un íntimo diálogo con el acero y el granito de las esculturas.

También hay un sinfín de plantas de hoja perenne que hacen posible que este jardín mantenga intacta su belleza durante todo el año y que recreen un íntimo diálogo con las monumentales esculturas de acero y granito del escultor vasco. Todo ello, junto al caserío del siglo XVI que Chillida restauró para acoger gran parte de su obra convertido en museo.

Chillida Leku ofrece a las familias la posibilidad de vivir una experiencia singular en el museo. Las actividades propuestas están en relación con la colección o las exposiciones temporales y permiten un acercamiento a la obra a partir de la reflexión y la acción, utilizando metodologías diversas basadas en prácticas artísticas multidisciplinares (artes plásticas, arquitectura, danza, música, teatro o filosofía).

Jardines de la Fonte Baixa (El Chano Asturias)

Es el jardín botánico privado más grande de todo el continente europeo, también conocido como los jardines de Panrico o del Chano. A solo 1 km de la localidad de Luarca, y con más de 20 hectátreas de extensión, alberga más 567 especies diferentes donde destacan las azaleas, las hortensias, las camelias y los rododendros.

Jardín de Cactus (Guarita, Lanzarote)

Obra del artista canario César Manrique, se construyó en 1990 sobre una antigua cantera. Este sorprendente jardín acoge más de 10.000 ejemplares de cactus de 1.400 especies diferentes, procedentes de Perú, Madagascar, Marruecos, Etiopía y también de las islas Canarias. Se alza sobre un terreno volcánico con cactus de diversas formas y tamaños, y es en invierno cuando se puede apreciar las flores de colores que salpican estas singulares especies.