No permitas que tus hijos sean famosos

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seguridad en internet de tus hijos

Abre el vídeo con una rueda de prensa inesperada repleta de cámaras de televisión, focos y periodistas, al que son invitados de forma sorpresiva nueve adolescentes. Al principio muestran curiosidad y hasta parecen divertirse por ser objeto de tanta atención. Pero cuando la entrevistadora les empieza a hacer preguntas personales del tipo: ¿Por qué llegas a casa tarde últimamente? ¿Estás jugando mal al baloncesto? ¿Estudias inglés para realizar carrera en Hollywood? ¿Dedicas mucho tiempo a tu cuerpo para ligar? Se empiezan a poner nerviosos y a pasar vergüenza. De pronto todos se sienten amenazados y quieren irse de la extraña convocatoria.

Los entrevistadores saben mucho de sus vidas y les preocupa que su madre o alguien haya facilitado toda esa información; de pronto se sienten incómodos y vulnerables. La realidad no es otra que toda la información que tiene la supuesta periodista la han proporcionado ellos mismos a través de Facebook o Instagram.

Al final del vídeo, esta magnífica iniciativa de Unicef enumera los peligros de sobreexponerse en las redes sociales y acaba con el slogan: «No seas estrella».

El vídeo, muy bien tirado, retrata con una tremenda efectividad, que pone los pelos de punta a cualquiera que sea padre, las consecuencias que puede tener exponer los pequeños acontecimientos de sus vidas en Internet.

Peligros de las redes sociales para tus hijos

Porque peligros hay muchos que les pueden convertir en el objetivo de ciertas comunidades de Whatsapp o Facebook que consigan empatizar con ellos. Cuidado que las hay de todos los tipos: anorexia, prosuicidio o provigorismo, otras que les adentren en el campo de la pornografía o que les permita realizarles chantajes o bullyng.  Y lo malo es esto que puede ser gracias a la información que ellos mismos han vertido en la red.  Además también pueden ser víctimas a través de grooming (perfiles falsos) o en última instancia de violentos. Y esto no es imaginación. Las redes sociales es el canal perfecto en el que operan los perturbados, psicópatas y pederastas.

Tenemos que recordar que cuando se trata de niños o adolescentes, siempre serán inocentes y fácilmente manipulables. Es fundamental el control constante de las redes sociales por parte de los progenitores, no hay excusas.

Consejos para los padresLa seguridad en internet de los hijos

Lo primero de todo es brindarles confianza y diálogo, verificar cuales son los amigos de su hijo y tener conocimiento de que hacen después del colegio y en su tiempo libre. A partir de ahí habrá que establecer unas reglas para el uso del internet en casa y asegurarse de que los menores respeten los límites de edad en los sitios web. Y, por supuesto, hablar con ellos desde el primer momento de una forma clara y directa sobre el ciberacoso, y los peligros que conlleva. Otros consejos que pueden ser útiles para los padres son:

– Observar si hay algún cambio brusco en el comportamiento de los hijos.
– Actualizarse en redes sociales e internet para ganar su confianza.
– Navegar en internet con ellos y, de manera amable, irles advirtiendo los riesgos que tienen.
– No permitir que publiquen fotos que identifiquen el lugar donde se encuentran, números de teléfonos, colegio al que asisten.
– Procurar que los niños no acepten solicitudes de amistad de desconocidos.
– Evitar que los niños cumplimenten solos formularios con información sensible o abran sin supervisión correos electrónicos.
– Impedir que los jóvenes contacten o compartan fotos, imágenes, datos, con desconocidos.
– Ayudar a los niños a crear contraseñas seguras para que hackear sus cuentas sea muy complicado.
– Advertir a los niños de que no insulten ni hagan burla de ciertos temas sensibles.
– No entregar móviles a los niños antes de los 12 años.
– Imprescindible bajarse aplicaciones de control parental (ver artículo sobre este tema)
– No crearles perfil a los niños pequeños en redes sociales y en lo posible que ningún menor de edad tenga perfil.
– Prediquemos con ejemplo y configuremos la privacidad de nuestras redes sociales  para que la gente no acceda a las fotografías de nuestros hijos. Recientemente se ha dado un caso controvertido (y ganado ante un juez por un menor) que no quería que sus padres publicasen fotos de él en su facebook.

Al final, como casi todo en la vida, es una cuestión de educar, formar, no de imponer ni prohibir. Una simple banalidad en las redes sociales puede llevar al escarnio o burla en el colegio o entre los amigos. El mismo uso indiscriminado de la exposición puede afectar al rendimiento de un menor o incluso a potenciar características negativas en su relación con la sociedad. Y cuando sean más mayorcitos pueden pagar caro por ese impulso de comunicar a «todo el mundo», sí «a todo el mundo» cada una de las acciones cotidianas que realizan en su vida (relaciones sentimentales, familiares, laborales).

Sin entrar en pánico, ni exageraciones, los padres somos los responsables de controlar esta nueva forma de interacción de nuestros hijos en la sociedad. Educar, aconsejar, vigilar (y algunas veces sancionar) son misiones claves en las que no podemos relajarnos ni un solo día.

Y como dice el vídeo de Unicef dirigido a los niños: «No seas estrella»

Chema Rodríguez