Paseos para relajarse en bosques cerca de Madrid

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bosque finlándes de Rascafria

No está de más, tras tantos meses confinados y con restricciones de movilidad, darse un baño de desintoxicación en plena naturaleza, respirar aire puro y disfrutar pausadamente de largos paseos familiares en alguno de los tesoros boscosos que podemos encontrar en los alrededores de nuestra ciudad.

Cerca de Madrid disponemos de multitud de lugares que nos ofrecen parajes idílicos en los que podremos relajarnos en compañía de nuestra familia y recomponer fuerzas para afrontar con energías renovadas las próximos meses. Entre todos ellos, os propongo tres magníficas opciones para pasear sin ánimo de pegarse un palizón. Eso sí, abrigaros y abrigarles muy bien, que ya ha llegado el frío.

El Bosque Finlandés en Rascafría

iglesia en el bosque
Iglesia en el bosque de Finlandia por Antonio Caño Mudarra

Está situado en la madrileña localidad de Rascafría, el Bosque Finlandés disfruta de un entorno privilegiado, y asimismo considerado como una de las zonas de mayor belleza de todo el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.

Para acceder a él, el punto más cercano para aparcar el coche es el parking del Monasterio de El Paular, a dos kilómetros de Rascafría, que por cierto, es una de las joyas de la arquitectura del Valle Alto de Lozoya y merece ser visitado (el coste de la visita es de 5€).

Una vez allí, deberemos dirigirnos al Puente del Perdón donde se encuentra el Centro de Visitantes Valle de El Paular.  Terminando de cruzar el puente, veremos una valla metálica que da acceso al Camino Natural Valle de Lozoya. Sin embargo, como no existe ninguna señalización específica sobre el Bosque Finlandés, deberéis recorrer el camino unos cinco minutos hasta llegar a una casa de madera con un embarcadero junto a un precioso lago que suele estar helado.  Su nombre real es Bosque El Potario pero recibe el nombre popular de Bosque Finlandés por tratarse de un fiel reflejo de la belleza de los paisajes escandinavos. En algunas zonas, el verde de las hojas de los árboles perennes  ofrecen un magnífico contraste con el paisaje general.

La Granja de San Ildefonso

Real Sitio de la Granja
Real Sitio de la Granja

A unos 90 km de Madrid, la Granja de San Ildefonso nos ofrece unos parajes donde podremos disfrutar de relajantes paseos en plena naturaleza. Su impresionante palacio posee unos jardines de tal belleza, que han merecido que muchos los denominen como el pequeño Versalles.  Se trata de bosquetes marcados por setos y alineaciones de tilos y castaños de Indias. Delante de la Colegiata, se pueden contemplar las magníficas sequoias ubicadas en los Jardines de Medio Punto.

Destacan especialmente su veintena de fuentes que están inspiradas en la mitología clásica y decoradas en color bronce. Los días que están en funcionamiento ofrecen un espectáculo digno de ser admirado.

El ambiente combina el aire puro de la sierra con el aire fresco de la vegetación del lugar. Por último, paseando por los jardines nos iremos adentrando por la zona boscosa del Palacio y siguiendo los caminos que ascienden a su parte alta, podremos llegar al Mar, un lago que ejerce como depósito que nutre las fuentes de los jardines.

La visita al Palacio, La Colegiata, las Fuentes (en funcionamiento) y los jardines, tiene una tarifa básica de 9€ y una reducida de 4€. Hasta el 15 de diciembre de 2020 tienen un descuento del 50% de su tarifa.

El Bosque de la Herrería

Se trata de uno de los bosques más bonitos y cercanos a Madrid y resulta idóneo para una escapada en cualquier época del año.  Al bosque se accede desde los municipios de San Lorenzo de El Escorial y Villa de El Escorial. También es accesible desde la M505 que une Galapagar con Ávila, pasando por el puerto de la Cruz Verde. Está plagado de paseos y sendas ecológicas dotados de cartelería informativa y didáctica, mobiliario rústico y aparcamientos. Uno de los tramos de sus sendas está adaptado para personas discapacitadas y a lo largo de las diversas sendas encontraremos varias fuentes históricas.

El Bosque de la Herrería está poblado de robles, castaños, fresnos y grandes rocas ya desgastadas y recubiertas de musgos. Sus caminos son perfectamente practicables desde la parte inferior, donde predominan las praderas y dehesas, hasta la parte alta donde se transforma en bosque. Ofrece unas magníficas vistas del Monasterio del Escorial y del Monte Abantos y justo a la entrada del bosque hay unos paneles informativos que explican su riqueza botánica y su importancia ecológica. Al llegar arriba se descubre una enorme peña que es la Silla de Felipe II con unas escalerillas para acceder a lo alto. Un poco antes hay una cafetería y algunas mesas de madera para hacer picnic.