Os descubrimos embalses y pozas impresionantes para la mejor excursión

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pozas y cascada del purgatorio

Ya os hemos recomendado playas y piscinas naturales, ríos en bellos entornos, pantanos y también lugares urbanos para darse un buen chapuzón (y seguiremos dando cuenta de más), pero este tema lo vamos a dedicar a pozas y embalses no tan conocidos para el turismo de interior, ya sea para pasar más de una semana o para un fin de semana elástico. Están en lugares preciosos y cuidadísimos que, estamos seguros, os van a encantar.

Playa Pita. Vinuesa (Soria)Playa Pita Soria

Como dice la letra de esa ya ‘antigua’ y bonita canción de Gabinete Caligari: “Voy camino Soria, quiero descansar, borrando de mi memoria traiciones y demás”. Pues sí, en la provincia castellano leonesa no solo existe un lugar para relajarse y disfrutar del ocio; hay muchos. Os vamos a recomendar uno de ellos –muy cercano a la Laguna Negra, de la que ya os hemos informado alguna vez-.

¿Qué en Soria hace frío? Sí, claro, pero en invierno. Los días de estío son estupendos para disfrutar de nuestra propuesta y, si os quedáis más de un día, para dormir de maravilla. La Playa Pita pertenece en realidad al Pantano de Cuerda del Pozo, en el Pinar Grande. El origen de su nombre actual es curioso. A principios de los años 50 el entonces director del Instituto Nacional de Previsión, Ramón Pita, acampó con su tienda de campaña a las orillas de este pantano y se enamoró de él. En los años posteriores su familia y amigos fueron con él, y así se fueron sumando amantes de la tranquila naturaleza y se convirtió en Playa Pita. Hoy en día es un área recreativa, pero tan extensa que te puedes ‘perder’ para hacer un picnic y bañarte lejos del bullicio y que tiene el encanto de los cuidados pinares con mesas para comer. Se trata de una playa fluvial que, en la parte recreativa, cuenta con bar, zona de alquiler de pedaletas, almacén de barcas, botiquín, mesas y fuentes… y en la que el baño de los peques está controlado (si te alejas, hay que ser precavido dentro del agua).

A poco más de 9 kilómetros está el pueblo de Vinuesa, visita indispensable. Es un lugar que ofrece múltiples, cómodas y económicas propuestas de alojamientos. Por citar solo dos ejemplos, los hostales Visontium y Urbión cumplirán todas vuestras expectativas.

Las Chorreras. Enguídanos (Cuenca)Pozas de Las Chorreras

Cascadas, saltos de agua y pozas de hermosísimo color en el curso del río Cabriel y partiendo del embalse de Villora para terminar en una playa fluvial. Estas son Las Chorreras en el pueblo conquense de Enguídanos –a 1 hora aproximadamente de Cuenca-. El paisaje es espectacular y dicen que sus aguas son las de mayor calidad de todo el continente. Es, desde 2017, Monumento Natural.

El plan es estupendo para una excursión y celebrar una comida o merienda. Eso sí, ante tanta belleza, hay unas normas. Los coches se deben estacionar en Enguídanos –el camino se puede hacer luego a pie o en autobús- y para acceder al recinto solo se permite una mochila por persona. El baño no está expresamente prohibido, pero hay que tener mucho cuidado, sobre todo con los niños, que se pueden refrescar en las zonas menos profundas de las pozas y calzados con zapatillas de goma o cangrejeras (el peligro está en las resbaladizas piedras).

El recorrido es de 5 kilómetros con un descenso total de algo más de 120 metros, atravesado por puentes de piedra. Os podéis parar a comer el bocata donde queráis porque cualquier tramo es de una belleza (y un sonido) impresionante.

Los Pilones-Garganta de los Infiernos. Jerte (Cáceres)saltos de agua Jerte

Otra maravilla de la naturaleza, un recorrido espectacular para los aficionados al senderismo. Pero no hace falta recorrer los 15 kilómetros de esta impresionante ruta para disfrutar de este entorno repleto de pozas de agua cristalina escalonadas en las que darse un refrescante chapuzón. Si vais con niños, lo mejor es aparcar el vehículo cerca del Centro de Interpretación –a 3 kilómetros del bello pueblo de Jerte-. Desde allí hay solo unos pasos hasta llegar al punto más reconocido de la garganta, Los Pilones, desde donde se puede hacer una ruta más corta o simplemente disfrutar de agua, naturaleza y hasta de una buena siesta.

A unos 3 kilómetros de esta zona está el Puente Nuevo y ahí os encontraréis las primeras pozas, impresionantes, pero indicadas para los más adiestrados. Un poco más adelante –al igual que en Los Pilones- hay otras más adecuadas para los jóvenes bañistas. En cualquier caso, aparte de la información que podéis recibir en el Centro de Interpretación, la ruta está muy bien señalada. El paisaje y la estancia son espectaculares.

La Cascada del Purgatorio. Rascafría (Madrid)pozas y embalses impresionantes

A menos de hora y media de Madrid os encontraréis con la zona de baño de Las Presillas del río Lozoya, una zona ideal para disfrutar de un día en familia y con amigos, en la que todos disfrutaréis de las tres piscinas naturales con que cuenta. Pero si preferís un lugar más tranquilo, solo basta recorrer 5 kilómetros (o ir en coche) a la cascada del Arroyo del Aguilón, más conocida como la Cascada del Purgatorio, que cuenta con dos impresionantes saltos de agua.

Toda la ruta, en la Sierra Norte de Madrid, es de gran belleza.

El recorrido se puede iniciar en el Puente del Perdón, frente al Monasterio de El Paular. Merece la pena todo, no solo el agua; la vegetación os sorprenderá.