Los rumores que desde hace meses circulan por la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, sede de la Real Federación Española de Fútbol, sobre el futuro de su escuela, parece ser que van tomando forma aunque la realidad es que todavía no hay nada decidido definitivamente, o por lo menos no se lo han comunicado a los padres de los casi 900 niños y niñas que diariamente se forman futbolísticamente en sus instalaciones.
El pasado 7 de febrero, cuando fue nombrado flamante miembro del comité ejecutivo de la UEFA, Luis Rubiales, presidente de la Federación Española de Fútbol, afirmó en una entrevista en la cadena COPE que están realizando un estudio sobre la viabilidad de la escuela ya que las instalaciones no dan de sí para tantos niños y niñas. El entrevistador le preguntó específicamente sobre tres posibles medidas que se estaban sopesando y de las que Rubiales no desmintió tajantemente ninguna de ellas: posible desaparición de la escuela, reducción de sus equipos a la mitad y cargarse el fútbol femenino. Otra posible medida que está cobrando fuerza últimamente es la retirada de todos los equipos de la escuela de las ligas de la Federación Madrileña para limitar su participación a las ligas municipales (por cercanía, básicamente de Las Rozas).
De estas medidas, llama especialmente la atención que se contemple la posibilidad de cargarse el fútbol femenino en la escuela, sobre todo después de los magníficos resultados cosechados en el último año por nuestras representantes en las más prestigiosas competiciones internacionales ¿Acaso no desea la RFEF colaborar con el desarrollo del fútbol femenino en nuestro país? La mera posibilidad de que este tema esté encima de la mesa es una muy mala señal.
Rubiales: «Primar la calidad sobre la cantidad»
Rubiales afirmó que su intención es que prime la calidad sobre la cantidad ¿Insinúa entonces que no hay calidad actualmente en los equipos de la escuela de la RFEF? Repasando los resultados cosechados por sus equipos, no parece ser este un argumento que se sustente.
En la categoría femenina de alevines de la Federación Madrileña, los equipos A y B de la escuela ocupan los dos primeros puestos; en infantil femenino, el equipo A ocupa la segunda posición en Preferente (la máxima categoría) y el B y el C la primera y cuarta posición respectivamente en Primera; en la recién estrenada categoría de fútbol 11, el cadete femenino es quinto; y finalmente, el juvenil femenino de la escuela también es quinto en la máxima categoría. Estos dos últimos tan solo se sitúan por detrás de los grandes clubes de la Capital y en dura competencia con ellos.
En categoría masculina, los resultados de los equipos son igualmente espectaculares ya que la práctica totalidad de sus equipos se encuentran peleando entre los primeros puestos de sus correspondientes categorías.
La mayoría de las niñas se quedarían sin equipo
A la vista de los resultados no parece, por lo tanto, que exista un problema de calidad pero ¿Qué ocurrirá si la escuela de la RFEF suprime estos equipos o los limita a participar en ligas municipales? En el caso de los niños, siempre tendrán la posibilidad de fichar por alguno de los numerosos equipos que cohabitan por la zona y que a buen seguro estarán encantados de recibir en su seno a pequeños futbolistas excelentemente formados. La pena para ellos será que a todos estos equipos se les privará del inmenso orgullo que supone jugar al fútbol, aunque solo sea un fin de semana al año, donde entrena la Selección Española.
Sin embargo, la situación en la que se quedarían las cerca de 150 niñas de la escuela es mucho más peliaguda ya que apenas hay equipos de fútbol femenino para absorberlas a todas ellas.
En el supuesto de que finalmente no se suprimieran los equipos femeninos pero se les retirara de las competiciones de la Federación Madrileña, ¿Dónde competirán estos equipos? Las únicas ligas en categoría femenina son las organizadas por la Federación Madrileña y la posibilidad de que participen en las ligas municipales con niños no resulta especialmente atractiva, tanto para los padres, como para las propias niñas. Además, las incipientes ligas femeninas creadas por la Federación Madrileña se quedarían un poco ‘cojas’ ante la desaparición de unos equipos con el potencial que tienen los de la escuela de la RFEF. No parece este, por lo tanto, el camino más adecuado para impulsar el desarrollo del fútbol femenino sobre el que tanto nos vanagloriamos últimamente en España.
Saturación de las instalaciones de la RFEF
La RFEF cuenta en sus instalaciones con 4 campos de fútbol 11 (3 de césped natural y otro de césped artificial), además de un campo de fútbol 7 de césped artificial y un pabellón cubierto de fútbol sala, sobre los que se tienen que organizar todos los entrenamientos, tanto de la escuela, como de las selecciones nacionales de las diferentes categorías.
Si bien es cierto que actualmente se puede apreciar un cierto hacinamiento de equipos entrenando en sus instalaciones, es bastante habitual ver a cuatro equipos entrenando a la vez en un solo campo, también lo es que este año que se ha dejado de utilizar un campo completo de fútbol 11 donde antes entrenaban asiduamente diversos equipos de la escuela. Se supone que por labores de mantenimiento ya que permanecen desiertos.
Teniendo en cuenta que los entrenamientos de las selecciones nacionales, en todas sus categorías, son hechos bastante puntuales, ¿Para qué se necesitan todos estos campos? Si se produce la drástica reducción que se prevé en la escuela, se quedarán como un hermoso monumento del que habrá desaparecido la bulliciosa vida que obtiene de los 900 niños que allí acuden diariamente a jugar al fútbol.
No se sabe cuál será finalmente la decisión que adopte Luis Rubiales, pero de lo que sí podemos estar seguros es de que cuando se produzcan los próximos éxitos de nuestras selecciones de fútbol femenino, que sin duda llegarán, el señor Rubiales será el primero en hacerse la foto con ellas.
Albert Comas
