Se cancela la Casa de la Navidad… y no se aclaran los motivos

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Cancelada la Casa de la Navidad

Os lo anunciamos con ilusión, esperando confirmación de horario y algún cambio de protocolo, pero adelantando una fecha, la del 10 de diciembre. Seguro que la emoción de ver a Papá Noel, a los Magos y a los elfos en La Casa de la Navidad -que este año abriría sus puertas por cuarta vez- se la habríais trasladado ya a vuestros peques. Pero, lamentablemente, acabamos de saber que esta atractiva actividad no tendrá lugar. ¿El motivo? Pues nos hemos puesto en contacto con la Consejería de presidencia de la Comunidad de Madrid y su primera respuesta, tras confirmarnos que la actividad no tendrá lugar, ha sido que desconocían los motivos y que “más adelante concretaremos cuáles”. En una conversación posterior nos han anunciado que se trata de «motivos por prevención sanitaria».

Fue lo primero que pensamos, que como La Casa de Navidad iba a instalarse en la Real Casa de Correos, en la madrileña Puerta del Sol, al ser un lugar cerrado y, ante la subida -menos alta, pero subida, lamentablemente también en los peques- de la incidencia por COVID, se cancelaba por motivos de sanitarios y de aforo al tratarse de un espacio interior. No parecía esa la causa ya que el pasado año -cuando tuvo lugar la tercera edición- los datos pandémicos eran peores y, en cambio, si abrieron las puertas del mágico lugar. Y todavía hemos dudado más tras las declaraciones de la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, confirmando que -al menos, durante el Puente de la Constitución- en Madrid no habrá ningún tipo de restricciones.

Por otro lado, en el mismo espacio, la Real Casa de Correos, se va a instalar en pocas fechas un Belén. Nos comunican -a la espera de confirmación definitiva el próximo lunes- que será de estructura exterior, «como el año pasado». Evidentemente, en diciembre de 2020 el Belén fue exterior, porque el interior del edificio lo ocupaba La Casa de la Navidad.

Despierta muchas dudas el motivo de la no celebración. ¿Desacuerdos? Puede ser. Pero nos indican que esta iniciativa es exclusiva de la Comunidad de Madrid y no tiene nada que ver con el Ayuntamiento de Madrid. Quizás hay otras desavenencias interiores o de patrocinio, pero los peques se han quedado sin una actividad ilusionante, y nosotros sin respuesta, aunque nos confirman que nos la darán muy pronto. Lo que sí entenderíamos es que fuese por responsabilidad ante la actual situación sanitaria.

Qué es La Casa de la Navidad

Hasta el año pasado y en los anteriores en este particular Pueblo de la Navidad los visitantes que, con un poco de paciencia -y la ilusión hace que en los peques ésta se refuerce, ya que hay que hacer fila- entraban en La Casa de la Navidad, de Papá Noel y los Reyes Magos realizaban un recorrido de algo más de 20 minutos, cargado de espíritu navideño y de manera gratuita.

Allí visitaban la aldea en la que viven los elfos; ellos mismos, junto a los pajes reales, eran sus guías. Luego, llegaba la visita a la sastrería donde -además de tejer ilusiones- se confeccionan  los trajes de estos seres mágicos y desde allí trasladaban a los visitantes al despacho de Santa Claus. Ese lugar era importante, porque allí se descubría la fórmula mágica que permite que todos los regalos lleguen a todas las casas en una noche, la más importante del año para los pequeños.

Papá Noel y los Magos de Oriente, anfitriones especiales

Quizá lo más emocionante (no hay que olvidar que el lugar era mágico) es que los niños conociesen, en ‘carne y hueso’, a sus Majestades de Oriente (Melchor, Gaspar y Baltasar) y también al bonachón Noel. El grandullón de rojo y sus elfos partían de La Casa de la Navidad el 25 de diciembre, para subir en el trineo tirado por renos que les espera para llegar a todas las casas. Y las últimas fechas se vivían en compañía de Melchor, Gaspar y Baltasar.

El mismo día de Navidad, tomaban el relevo los Reyes Magos y sus pajes, que recibían a los asistentes hasta el 5 de enero, porque ese día les esperan los camellos para acudir a la Cabalgata y luego realizar una intensa noche de trabajo.

La visita era ya en sí un regalo para los más pequeños de la familia, pero, además, era gratuita.