Todavía se puede remontar el curso escolar

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fracaso curso escolar

Cuando hace aproximadamente un mes, mi hijo mayor trajo a casa las notas del primer trimestre, no se nos cayó el cielo encima porque, de alguna manera, ya intuíamos que iban a ser un auténtico desastre. Siendo un poco autocríticos, la realidad es que no profundizamos mucho en su seguimiento conformándonos con el aséptico «todo bien” cuando le preguntábamos cómo iba el curso (fallo de principiantes cuando conoces al niño).

Nuestro hijo nunca ha sido un alumno brillante y en los últimos cursos acostumbraba a traernos algún que otro suspenso que luego iba recuperando, nada que ver con lo que nos hemos encontrado en esta ocasión. Quizás el cambio del colegio al instituto, el cambio de entorno, nuevas relaciones, nuevo sistema de estudios, el hecho de estar en una edad complicada (cursa 2º de ESO), son demasiados aspectos que, en este caso han influido negativamente sobre su curso escolar y sobre los que deberíamos haber estado más atentos

La cuestión es que, quitando alguna de las denominadas Marías, lo había suspendido prácticamente todo. El primer signo de alarma me llegó a principios de diciembre en forma de reunión con el jefe de estudios a petición suya. No voy a entrar en detalles pero la situación era desastrosa.

Desde ese momento pusimos en práctica una serie de medidas de emergencia para paliar la situación: fuera móvil, fuera Play, reducción en su dedicación al fútbol y control estricto de las tareas diarias a realizar, entre otras. No llegamos a tiempo para salvar un primer trimestre del curso escolar que ya estaba perdido de antemano, pero comenzamos una nueva forma de actuar que de momento parece que está dando buenos resultados (aunque es pronto para lanzar las campanas al vuelo, las primeras pruebas las ha saldado con un 8 y un 9).

Lo primero que hicimos fue una reflexión sobre lo que había pasado planteándonos preguntas del tipo ¿Por qué crees que has suspendió tantas asignaturas? o ¿Qué piensas que podrías haber hecho de otra manera? Se trata de hacerle preguntas que le inviten a la introspección y al autoconocimiento. Y además poner una consecuencia negativa relacionada con la retirada de algún privilegio, que en nuestro caso concreto fue la retirada de todos los privilegios que se tendrá que ir ganando cuando demuestre que está remontando.curso escolar profesor

Puede que a partir de las nuevas medidas nos sorprenda y lo apruebe todo, o a lo mejor de momento es suficiente con que vaya recuperando y suspenda cada vez menos asignaturas. Como mínimo siempre nos quedará la idea de que lo hemos intentado, a pesar de que pudieran no funcionar en absoluto, pero por lo menos habrá vivido en sus carnes lo que es estudiar, esforzarse y seguir unos hábitos. Las cinco medidas escolares principales que hemos adoptado son las siguientes:

  1. Hemos establecido el sistema de rendición de cuentas. Cada noche después de la cena nos presenta un pequeño informe de lo que ha hecho en clase y los deberes que ya tiene que tener hechos.
  2. Revisamos que los cuadernos de apuntes de clase están actualizados y debidamente presentables.
  3. Verificamos la plataforma tecnológica del instituto las tareas pendientes y las nuevas tareas para establecer un calendario de entregas.
  4. Hemos establecido un calendario de pruebas y exámenes para llevarlos debidamente preparados.
  5. Contratamos un profesor para que le refuerce tanto en física y química como en matemáticas.

Todo esto junto con la retirada de los privilegios constituyen nuestras principales medidas que espero que rindan unos buenos frutos. En realidad estoy deseando que lleguen las calificaciones del segundo trimestre y que en ellas se aprecie una considerable mejoría que me permita restituirle sus privilegios paulatinamente.

Ya os contaré como le ha ido cuando finalice el curso escolar ¡Nosotros sí creemos en la remontada!

Alberto Comas