¡Bienvenidos a la cocina del Palacio Real de Madrid!

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visitas real Palacio Real de Madrid

Patrimonio Nacional ha reabierto las visitas a los Reales Sitios, de manera individual o en grupos pequeños o de convivientes, todo dependiendo de las medidas adoptadas por las distintas comunidades autónomas. Uno de ellos es el Palacio Real de Madrid y dentro de esa visita hay otra muy particular, la de la Real Cocina, cuyo recorrido se abrió al público por primera vez en 2017.

Si tenéis curiosidad por ver qué comían los reyes y sus invitados, cuáles eran sus manjares preferidos, en qué dependencias se cocinaba y con qué tipo de utensilios, no podéis perderos esta propuesta, porque también es historia. Imaginad: 800 metros cuadrados de exposición (de los 2.000 metros cuadrados totales que ocupa esta estancia, la mitad del primer sótano) y más de 2.000 aperos culinarios. A la visita, de 30 minutos de duración, se pueden apuntar cinco personas a las que se unirá un guía especialista de Patrimonio Nacional que os descubrirá secretos y anécdotas. Y, además, los precios –hasta el próximo 15 de diciembre- se reducen al 50% de su precio.

También podréis recorrer el resto de las dependencias del palacio (las condiciones las podéis consultar en la web de Patrimonio Nacional –patrimonionacional.es-, ya que hay reducción en el precio de las entradas o acceso gratuito para menores de 5 años).

De los gustos gastronómicos muy castizos de Isabel II

El Palacio de Oriente, nombre por el que también se le conoce, es uno de los mejor conservados de Europa, y su cocina –tanto por la cuidadísima conservación de sus accesorios como por la magnitud de sus instalaciones- está reconocida como una de las mejores de las casas reales del Viejo Continente. El pasado verano las estancias han sido sometidas a una estricta limpieza y se han puesto en marcha todas las medidas para proteger la salud de los visitantes. Os adelantamos un poco de lo que vais a ver.

cocina Palacio Real de Madrid
Comedor de gala del Palacio Real de Madrid

Durante siglos las comidas y banquetes celebrados en el Palacio Real de Madrid seguían los gustos gastronómicos franceses, los que imperaban en todas las dinastías monárquicas. Fue la llegada al trono de Isabel II, con solo 13 años de edad –reinó de 1833 a 1868-, la que cambió muchas costumbres, entre ellas las culinarias. Le gustaba comer y su paladar y estómago –como se comprueba en sus retratos- eran muy ‘agradecidos’. En 1861, y dada la importancia que le concedió a la cocina, hizo renovar y ampliar esa estancia de palacio. A la reina castiza –o, como la denominó Galdós, ‘la de los tristes destinos’- la comida la ayudó a consolar muchos de sus males y problemas. ¿Sus platos favoritos? Pues callos, cocido, jamón, gallina en pepitoria, croquetas y arroz con leche.

…a los sencillos, pero de calidad, de Alfonso XII

Pocos años después, el hijo de Isabel II, Alfonso XII, subió al trono –de 1874 a 1885- y, aunque su aspecto físico –delgado- era muy diferente al de su madre y cuidaba mucho su alimentación, también apostó por las recetas nacionales. Siempre se desayunaba con una taza de chocolate y bizcochos –la chocolatera era una pieza estrella en la cocina Real-, pero adoraba la carne (de buenísima calidad), el pollo asado, la paella y el buen vino, y también ¡los huevos fritos! En 1880 decidió ampliar, aún más, la cocina y también la mesa del comedor de gala, a la que se podían sentar 140 comensales. La zona de confitería adquirió una gran importancia.

Pues sobre todo esto y mucho más os informarán en la visita, pero lo mejor es ver las cuidadísimas estancias y viajar al pasado.

Horario. De 10:15 a 17:00

Precios. Las visitas a la Real Cocina tienen un precio de 3 euros (hasta el 15 de diciembre). Se accede al Palacio por la puerta preferente 15 minutos ante de la hora de visita y hay que presentarse 5 minutos antes en el punto de encuentro (zaguán de entrada al Palacio). Las entradas se adquieren a través de entradas.patrimonionacional.es.

Dónde. Plaza de Oriente. Acceso de visitantes: puerta de la explanada de La Almudena, esquina con la calle Bailén.