¿Es culpa de los padres que estén todo el día en Internet?

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niñas navegando internet

Los tiempos cambian. Hace ya unos cuantos años que los educadores, psicólogos y demás expertos en temas infantiles –incluso las madres más estrictas- clamaban y miraban con reprobación que los niños pasasen muchas horas delante del televisor. Luego fue el vídeo. Pues la cosa continúa… a peor. Ahora le toca el turno a los nuevos canales de información: Internet y los nuevos dispositivos electrónicos utilizados: pc, tablets o smartphones. Y os anticipo que los datos son, si cabe, más desoladores aún.

Más tiempo en Internet que en el cole

Según el informe de Qustodio, plataforma de seguridad y bienestar digital, «los niños españoles de entre 5 a 11 años pasan una media de 711 horas y 45 minutos conectados al año, cifra que asciende hasta las 1.058 horas y media en el caso de los menores de entre 12 y 17 años». Es decir, los niños de Secundaria se conectan a Internet 1.058 horas y media al año, 4 horas y 30 minutos más del tiempo que pasan en el colegio.

Este estudio denominado ‘Familias hiperconectadas: el nuevo panorama de aprendices y nativos digitales’ incluye más de 1.200 entrevistas a madres y padres de toda la geografía nacional y regional, con hijos de entre 5 y 17 años que utilizan Internet.

Los padres también ‘enganchados’

internet y las aplicaciones de control parental

Es desde luego un dato muy preocupante. Y lo malo es que en muchas ocasiones los padres somos los primeros en estar ‘enganchados’ al móvil. Este mismo estudio de Qustodio reconoce que un 38% de los padres españoles admite su adicción al móvil, un porcentaje más alto que el de los estadounidenses y británicos, ambos con un 36%.

«Los padres españoles aseguran pasar al día una media de 3,2 horas conectados. A la vista de estos datos, no es extraño que la mitad de ellos crea que se relaciona menos con su familia por el uso excesivo del móvil, siendo su pareja la más descuidada, y que 8 de cada 10 se sientan mal por ello», dice el informe.

Difícil pensar en corregir este problema de nuestros hijos si también lo tenemos y utilizar alguna de las herramientas existentes en el mercado para ello. Porque, a pesar de tener alguna noción a este respecto, el 65% de los padres españoles es incapaz de nombrar ningún servicio, app o marca de bienestar digital. Una cifra que desciende hasta el 46% cuando se les pregunta si conocen alguna de las aplicaciones de control parental. De todas formas algo se está moviendo ya que su uso en España ha aumentado un 10% en tan solo 7 meses.

En este interesante estudio se ha destacado cómo los aprendices digitales (padres) y los nativos digitales conviven en una misma realidad, pero con percepciones muy diferentes. Los nativos digitales entienden la tecnología como una parte más de vida, ya que nacieron con ella, y creen que les acerca y une con el resto del mundo. En el lado opuesto, se encuentran los aprendices digitales (sus padres) que se han visto obligados a adaptarse e incorporarla en su día a día.

Cómo lo solucionamos

aplicaciones de control parental para nativos digitales

En principio no parece nada fácil ya que el número de dispositivos en cada familia están aumentando vertiginosamente. Por ejemplo, la media de teléfonos móviles que tenemos en casa es ya de tres, pero se incrementa en 1 de cada 10 hogares españoles donde hay hasta cinco.

Más teléfonos, más aplicaciones, mejores redes y menos tiempo de los padres para vigilarlos. Lo malo es que aunque la mayoría de los padres hemos oído hablar de aplicaciones de control parental, pocos las utilizamos. La tecnología no es mala en sí misma. Todo lo contrario, es buena y fundamental para el desarrollo educativo de nuestros hijos. Pero está claro que no puede convertirse en el principal medio de ocio de los niños y jóvenes.

Reconozcamos que como mejor se lo pasan es cuando activan su imaginación, cuando interactúan con otros niños, cuando desarrollan su potencial creativo. Cuántas veces hemos visto que la caja que envuelve al juguete se convierte en la estrella entre los peques. O cuando vamos a un lugar sin cobertura en plena naturaleza y se lo pasan bomba, no echan de menos los móviles.

No es solución prohibirles navegar por Internet

Está claro que no podemos prohibir que usen estos dispositivos. Pero también que debemos empezar dando ejemplo e intentar apagar el servicio de las notificaciones, activar el modo avión o establecer horarios de uso para ellos y nosotros. Y, lo más importante, no dejar de vigilarlos, aunque sea a distancia, utilizando las posibilidades que nos ofrece la tecnología actual y sus múltiples aplicaciones de control parental. Por supuesto, las tablets que sustituyen a los libros de texto en muchos colegios, nos lo pondrá más difícil ¡Que sabremos que están viendo mientras dicen que estudian!

La verdad, preferiría que mis hijos escondiesen una novela entre las páginas del libro de texto como yo hacía. Al menos se cumpliría la célebre frase de un gran profesor de literatura que tuve -al que llamábamos el ‘Margarito’- y que constantemente nos decía: «lean , aunque sean tebeos, pero lean».