¿Cuál es el peso ideal de un niño? Pues depende de la franja de edad, de su altura, complexión física, genética… Lo que está claro es que hace ya mucho que un niño gordito ha dejado de ser un niño precioso –tampoco lo es uno demasiado delgado- y sí lo es un niño saludable. Las claves para que sea posible son la alimentación y el ejercicio, pero el cambio de hábitos, tanto en la una como en el otro, hace saltar las alarmas. Según el último estudio ANIBES de la Fundación Española de Nutrición (FEN), el 40% de los niños españoles son obesos.
Aunque es cierto que los peques en edad de crecimiento no deben estar sometidos a dietas muy restrictivas –deben comer de casi todo, pero con mesura-, hay que poner cordura en su alimentación y conocer los alimentos y hábitos más peligrosos, y los más indicados. Según la doctora Yolanda Sanz Castro, experta en nutrición y dietética*, “el problema está en que su alimentación está cargada de azúcares e hidratos, que los absorben en las chuches, tanto dulces como saladas. Los azúcares de las primeras se acumulan como azúcar, pero en exceso se terminan transformando en grasas. Y en las segundas abundan el maíz y los fritos. Es mejor sustituirlas por un tentempié de frutos secos: dos o tres nueces, y mejor almendras peladas, ya que también hay que tener cuidado en su consumo, porque pueden ser alergizantes; por tanto, es mejor consumirlos a partir de los 4 años de edad”.
Hoja de ruta: del desayuno a la cena del niño
Hay que poner atención en las bebidas y, especialmente, en el grupo refrescos. “Los niños no deben consumir refrescos, porque tienen abundante azúcar, ni siquiera refrescos light –señala la doctora- ya que contienen aspartamo (compuesto endulzante que no aporta calorías, pero puede provocar, entre otras cosas, problemas de desarrollo). En cuanto a los zumos en tetrabrik, que suelen llevar al cole, están elaborados con concentrados de frutas, pero tienen un mayor concentrado de hidratos. Los niños deben beber agua. Es preferible que un día de fiesta en un centro recreativo coman una hamburguesa, pero que la acompañen de agua y no de refrescos y zumos envasados”.
La clave está en la variedad según la Dra. Sanz Castro
Desayuno. En su primera comida del día pueden tomar un lácteo (un vaso de leche o yogur) y una tostada con un poquito de aceite, de mantequilla –nunca margarina- o de mermelada. “Eso sí, es importante favorecer los integrales –añade Yolanda Sanz-: el pan, los cereales, como el muesli, porque su fibra ayuda a disminuir los hidratos de carbono”.
Comida. Está indicado tomar legumbres, dos o tres veces por semana, arroz y pasta –unos 150 gramos, una vez ya cocidos- y, por supuesto, verduras y pescados azules y blancos. De vez en cuando, carne roja, que aporta hierro, pero bien desgrasada. Es importantísimo el cocinado; hay que evitar fritos y rebozados y fomentar los preparados a la plancha, al vapor, al horno o en papillote. Si la comida se hace en el colegio se debe vigilar el menú, del que, por lo general, se informa a los padres por escrito.
Merienda. Se puede tomar otro lácteo, no siempre, ya que, como comenta la doctora, “hay otros alimentos que contienen calcio (sésamo, verduras verdes, frutos secos…)” y que se consumen también en otras comidas diarias. Sí que es importante que lo tomen, con moderación, hasta los 7 años. Por otro lado, en la merienda se repiten las pautas del desayuno.
Cena. Según Yolanda Sanz, “la cena debe ser algo más ligera, solo algo. Se puede tomar una tortilla, y se puede tomar con patata, siempre que ésta no esté omnipresente, purés de verduras, a los que se pueden añadir algas, ricas en minerales y proteínas. Hay que enseñarles la variedad y ahí está la clave”.
Fundamental para combatir el sobrepeso infantil: el ejercicio
Los niños practican gimnasia o deporte, o ambas cosas, en su programa escolar, pero “su actividad física fuera de él es menor que hace años. Los nuevos hábitos han llevado al sedentarismo. Por un lado, pocos niños –salvo los que viven en poblaciones o ciudades pequeñas- van caminando al colegio; los llevan en el vehículo familiar o utilizan los autobuses de la ruta escolar. Por otro, los horarios laborales de los padres llevan a que los esperen en casa ante la tele, la Play, el ordenador…”, comenta Sanz. Hay que invitar a que elijan un deporte o una actividad de movimiento que les guste, y los fines de semana participar en paseos familiares o ejercicio. Y, lo más importante, trasladarles todo con ánimo y cariño y predicar con el ejemplo.
*La doctora Yolanda Sanz Castro, autora de los libros “Soy lo que como” –con el mismo título que condujo el programa televisivo de Cuatro- y “Alimentación infantil” (orientado a niños de 6 a 14 años) y coautora –junto a Olga Herrando Picón- de “No pierdas el tiempo, pierde peso”, ejerce en Madrid. Telf.: 627 50 19 31.
