Madrid, barrio a barrio, con niños (IX): Lavapiés

Es el barrio más global y uno de los más castizos de Madrid

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Lavapiés niños barrio

El barrio de Lavapiés pertenece administrativamente al distrito de Embajadores, pero tiene entidad propia; es uno de los más castizos de Madrid y cuentan que se disputa el lugar entre ser el primero o el segundo barrio de la capital. En cualquier caso, uno de los más antiguos. Su nombre procede, con seguridad, de su origen judío. Donde hoy está ubicada la Iglesia de San Lorenzo existió –hasta la expulsión de los judíos en 1492- una sinagoga. Los fieles, antes de acudir a ella, se lavaban los pies en las fuentes más próximas al edificio, y de ahí su nombre. A partir de la segunda mitad del siglo XV muchas familias se convirtieron al catolicismo y cambiaron las placas o grabados del callejero y también bautizaron a sus hijos con los nombres de Manuel y Manuela (manolos y manolas en la tradición popular).

Pero hay mucho que contar sobre Lavapiés que está delimitado por El Rastro, la calle Tirso de Molina y el Museo Reina Sofía; una zona en la que la cultura y el ocio tienen un asentamiento fijo y gran –y curioso- atractivo histórico, que se descubre paseando por sus calles, conociendo sus emblemáticos edificios y disfrutando de sus nuevas propuestas para toda la familia.

Los nombres de sus calles, unidos a misteriosas leyendas

Con la renovación del callejero algunas de las calles de Lavapiés pasaron a tener nombres cristianos. Por ejemplo, Amor de Dios o Ave María. Dicen que el nombre original de ésta fue Calle del Barranco, pero que –años después de la expulsión judía- un fraile (posteriormente reconocido como beato Simón de Rojas) convenció a Felipe II para demoler edificios con mala reputación. Cuando el monarca aceptó y comenzaron a derribarse las casas en los pozos de algunas de ellas aparecieron cadáveres, motivo que hizo al religioso exclamar: ¡Ave María!

Más asombroso es el nombre de la Calle del Sombrerete. Hay varias versiones, pero todas apuntan a que un malhechor y liante personaje, que vivió allí, se marchó a Portugal huyendo de sus fechorías. Al regresar a Madrid se hizo pasar por rey de Portugal. Cuando se descubrió el engaño –y muchos más- lo ajusticiaron cortándole la cabeza. La leyenda dice –algo improbable- que la colgaron en la pared exterior de un edificio con su sombrero puesto, ya que al degollarle no se le cayó. Lo único cierto parece ser lo último.

Pero hay otras vías públicas en este barrio con origen y nombre más bonito, como la pequeña calle Primavera, entre la calle de la Fe y la calle de la Esperanza. En torno a sus jardines y fuentes se empezaron a celebrar, desde el siglo XVII, las fiestas de la Cruz de Mayo. Las flores que adornaban fachadas o balcones, así como su aire festivo, justifican el nombre.

Las corralas, una seña de identidad de Lavapiés

Vuestros peques y muchos de vosotros no sabéis mucho de las corralas, esas viviendas cuyas puertas se abrían a galerías de un patio interior compartido y de las que apenas queda alguna en pie en los barrios más castizos de la capital. Muchas de ellas inspiraron a músicos, sobre todo a autores de zarzuelas, y a escritores.

En este barrio de Lavapiés, desde la calle Mesón de  Paredes –entre las calles Tribulete y Sombrerete- se puede ver el interior de la que fue una de estas populares edificaciones; quizás la más famosa: la Corrala de Tribulete. Fue declarada Monumento Nacional en 1977 y se restauró en 1979, pero no resistió al derribo posterior, aunque hoy, en lo que es una peculiar plaza en el mismo terreno, hay una especie de anfiteatro en el que se representan espectáculos de ‘marca castiza’ y en especial zarzuelas. En esa corrala se inspiró, por ejemplo, La Revoltosa, pero también Benito Pérez Galdós se fijó en ella –y, probablemente, en algunas más- al escribir Fortunata y Jacinta.

Mucho para ver, mucho para aprender

Centro Cultural «La Corrala»

Precisamente, en una se esas corralas que aún perviven, la de Carlos Arniches –en los números 3 y 5 de la calle del mismo nombre- se encuentra, desde 2011, el Museo de Artes y Tradiciones Populares de la Universidad Autónoma de Madrid, que se inauguró en 1975 en otro emplazamiento. Este museo, de acceso gratuito, reúne unas 7.000 piezas y testimonios etnográficos de toda nuestra geografía y que nos trasladan a la vida cotidiana y las tradiciones populares rurales y urbanas de hace muchos años. Comparte espacio con el Centro Cultural La Corrala (uam.es/lacorrala). El horario de lunes a viernes es de 12:00 a 20:00. Sábados, de 10:00 a 14:00. Los domingos y festivos y el mes de agosto permanece cerrado. Para grupos de más de 7 personas es imprescindible realizar reserva en el teléfono 91 497 65 00 o en [email protected].

El arte contemporáneo está presente en una de las grandes pinacotecas del país, el Museo Reina Sofía. Fue inaugurado en 1992 en lo que fue sede del antiguo Hospital General de Madrid, en un edificio del siglo XVIII, en la calle Santa Isabel, 52. En 2005 se amplió con la integración del Edificio Nouvel. A lo largo del año suele organizar actividades para niños y familias, pero ya acudir a él para conocer las obras de los grandes artistas del siglo XX es una lección de historia en vivo. Actualmente el horario de la sede principal (Edificio Sabatini y Edificio Nouvel) es de 10:00 a 20:00, de lunes a sábado (excepto los martes que está cerrado). Los domingos el horario de visita es de 10:00 a 14:30.

Variedad de actividades para los peques

La Casa Encendida es un centro cultural y social, perteneciente a la Fundación Montemadrid, con propuestas artísticas, solidarias, educativas, medio ambientales… y de ocio para toda la familia. Sus actividades dirigidas a los más jóvenes de la familia, desde corta edad, son de lo más variado, tanto con talleres presenciales como online –y a precios muy asequibles: unos 3 euros-. Por citar solo algún ejemplo Bibliodiver ofrece la oportunidad de introducir de una muy entretenida y activa a los peques en el mundo de la lectura. Los próximos tienen títulos tan atrayentes como La familia maceta, Relatos y garabatos o Planetacraft: objetivo la luna. Vuestros chicos también podrán participar de otro apartado de su programa: Transforma tu casa, con Chiquitectos (talleres online). Pero, ya señalamos, son solo algunos ejemplos. Podéis consultar todas las actividades y fechas en la web lacasaencendida.es/para-ninos. Está en Ronda de Valencia, 2.

Buenísimo tapeo y mucho más

Lavapiés cuenta con un lugar de culto de la gastronomía madrileña, emblemático, castizo, único. Nos referimos a la Taberna de Antonio Sánchez, la más antigua de la capital, ya que fue fundada en 1768. Del tapeo a la buena mesa con mayúsculas. Cuenta con todo tipo de excelencias de nuestra cocina y con una peculiar decoración que no ha cambiado en sus muchos años de historia.

Con mimo, se han mantenido mosaicos, azulejos, grifos, lámparas de gas, elevadores de botellas y muchos símbolos taurinos, en un cómodo y amplio espacio. Pero si algo hay que destacar es su carta. Los adultos (y algunos peques) disfrutarán con el rabo de toro, los callos, caracoles o su estupendo cocido, pero los niños y jóvenes no se resistirán a los pinchos, los chipirones, los salteados… y ¡los postres caseros! Hay opciones para vegetarianos y personas con alergias (avisando 24 horas antes). Para que todo esté bajo control, las reservas se pueden hacer online (tabernaantoniosanchez.com) o por teléfono (91 539 78 26). También se puede encargar la comida o cena a través de la plataforma Just Eat. Está en la calle Mesón de Paredes, 13.

Otro lugar para quitarse el sombrero y con solera en este castizo barrio de Lavapiés es Las Bravas, que abrió sus puertas en 1933. Su nombre alaba la tapa –tan típica de la capital- y que, para una gran mayoría, es la de mejor receta de Madrid. Su nombre está registrado y su salsa patentada. Y es que ésta es la más alabada de la ciudad.

Está elaborada sin aditivos y con un agradable y particular sabor picante. Los productos con los que se elabora son totalmente naturales: aceite de oliva virgen extra, tomate, pimentón picante y dulce, harina, ajo, jengibre, sal… y un elemento secreto. La salsa va fenomenal con las excelentes patatas, pero también con la tortilla de patata o la oreja –sus raciones estrella-, y se recomienda tomarla en caliente. También puedes pedirlas en un envase para disfrutarlas en casa. Pero, además, su carta cuenta con delicias de taquitos de pulpo a la gallega, mejillones tigre, calamares fritos, gambas al ajillo… y patatas con alioli o a las dos salsas. Las Bravas está en el Pasaje de Mathéu, 11 de Lavapiés. Horario: de lunes a jueves, de 12:00 a 16:30 y de 18:00 a 21:00, y de viernes a domingo, de 12:00 a 21:00. ¡Uhmm!