Cuando los amigos de sus amigos despiertan sus primeros celos

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celos niños y niñas

María (o Mario) y Paula (o Pablo) tienen 10 años y han forjado una amistad de esas que creen que es para toda la vida. Es importante que así lo piensen porque ese sentimiento es un valor. Pero, de repente, aparece en sus vidas Álex (Alejandra o Alejandro) y se convierte en el tercero en discordia, en el que usurpa a uno de ellos el lugar del amigo del alma del otro. Hacen su aparición los celos, algo inherente al ser humano y por lo que todos, de una manera u otra, hemos pasado, y hemos sufrido. Quizás es la primera vez que aparecen en su vida, pero no tiene porqué ser así,como más adelante nos explica la psicóloga y psicoanalista Blanca Munguía (*). Pero los padres os preguntáis cómo gestionarlos y cómo conseguir que vuestros hijos los acepten como lo que son.

«Hay que explicarles que no son únicos, que hay que sumar y no restar»

amigos

“Los celos son algo constitutivo en la vida, algo que es parte esencial. Aparecen en distintas etapas; hay celos ante el nacimiento de un hermano, ante la atención de uno de los padres que el niño siente como exclusiva, y al que le molesta la aparición del otro progenitor, porque, para él, interrumpe esa relación, Y, claro, también lo son en la amistad. Pero son algo necesario y son los padres los que tienen que poner a cada uno en su sitio y explicar que hay muchos tipos de amor y dejar claro que uno no es único, que hay que sumar y no restar”, nos cuenta la psicóloga Blanca Munguía.

Las primeras amistades, las de la infancia suelen manifestarse muy temprano, alrededor de los 4 años, pero se forjan sobre los 8 años. Es una relación importante, que sentará las bases para el futuro del niño, pero es importante que el vínculo no sea exclusivo y que en la amistad exista el vínculo de grupo.

Munguía recuerda algo que le transmitió un profesor: “nos dijo que en la amistad dos son uno, porque se crea una fusión, pero tres son dos. La clave está cuando aparece el tercero. ¿Qué tienen que hacer los padres? Pues orientar al niño para que reconozca los celos; es lo mejor, pero la mayoría de los peques, como muchos adultos, no solo no los reconoce, sino que no los acepta ni los tolera bien”. Por eso, reincide la psicóloga en que “hay que hacerles entender que no son únicos y que cuando se tiene un amigo no se le sustituye, se añade, y el amigo de antes no se tiene que sentir excluido”.

Las claves y ayudas para que asuman la situación

No hay que temer no ser aceptado, porque no siempre es así; hay relaciones que cambian que evolucionan. La confianza en ese amigo/a del alma es fundamental. También hay que animar a los niños a que sean sinceros y hablen con los amigos sobre la nueva situación y que entiendan que nada es para siempre. Por tanto, confianza, comunicación y sinceridad son fundamentales. Y lo más importante en estos casos es evitar los actos de rivalidad.

Por otro lado, hay lecturas muy interesantes que ayudan a gestionar no solo los celos sino las emociones y, en especial, las que tienen que ver con la amistad. Por ejemplo, os recomendamos Un amigo como tú, de Andrea Schomburg y Bárbara Röttgen (Editorial Beascoa). Transmite valores como la solidaridad y el respeto y cuenta con bellísimas ilustraciones.

Otro libro que puede ser de gran ayuda es Siempre con mis amigos, de Ana María Machado (Ed. Gran Angular). Cuenta la historia de Tatiana, una niña que busca la verdadera amistad y se siente desplazada por otros, hasta que aparece Diego y todo cambia.

B.C.

(*) Blanca Munguía Benito ejerce como psicóloga y psicoanalista en Madrid. Teléfono consulta: 617 99 84 87.