!Tres hurras por las AMPAS!

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AMPAS

En nuestro país somos fantásticos a la hora de quejarnos, criticar y, por supuesto, de apenas colaborar para que las cosas vayan a mejor. Con las AMPAs (Asociación de Madres y Padres de Alumnos) no podía ser diferente y, por general, reciben más quejas que cumplidos por parte del público que utiliza sus servicios.

Pero vayamos por partes. ¿Qué son las AMPAs? Son unas asociaciones sin ánimo de lucro amparadas por la legislación española –creadas a partir de 1970- formadas por las madres y los padres del alumnado de un centro educativo no universitario, cuya finalidad es la de participar e intervenir en la gestión del centro con el fin de mejorar la educación y lograr un clima de convivencia en el mismo.

Es decir, son una asociación –no una entidad prestataria de servicios- que tendrá un buen funcionamiento dependiendo de la participación de los padres en la misma. Sus objetivos son variados, pero el principal es ser la voz y oídos de los padres dentro del centro, que permita favorecer los intereses de la educación de sus hijos.

Y actualmente en España hay más 12.000 AMPAs formadas exclusivamente por voluntarios, es decir madres y padres que se preocupan, de forma totalmente desinteresada, por ayudar en mejorar la educación en el centro donde se educan sus hijos, quitando tiempo de dedicación a sus propias familias.

Apoyo extraordinario para los colegios

Las AMPAS son un soporte extraordinario a los colegios, colaborando en multitud de tareas. Desde ayudas en la compra de material, mantenimiento o becas. En muchos casos, estas asociaciones de padres gestionan el comedor escolar y las actividades extraescolares. Incluso algunas se encargan de la compra y reciclaje de los libros de texto.

Pero por lo que son más reconocidas es por ser las responsables de las fiestas que se organizan en los colegios –algunas de gran mérito y mucha dedicación- y que son una parte muy importante de la vida escolar.

ampasNi que decir tiene lo fundamental que supone en nuestras vidas, por la falta de tiempo, las clases extraescolares. Hay una gran variedad de actividades en la mayoría de los colegios: inglés, yudo, música, patinaje, natación, etc. Con unos precios (a partir de 20 euros al mes) asequibles para la mayoría de las familias. La coordinación de las clases supone mucho trabajo para los voluntarios del AMPA y quizás pocas veces recogen el debido reconocimiento por parte de los padres.

Pero las AMPAs tienen otra faceta fundamental -digamos la parte política- y es su pertenencia al Consejo Escolar, el máximo órgano consultivo de los centros -que además de los representantes de padres y madres–, la ley permite la presencia de un miembro del AMPA.

Lo cual puede favorecer que las AMPAs emprendan empresas tan loables como canalizar las inquietudes de las familias en la educación de sus hijos, impulsar la formación de las familias, apoyar al alumnado con necesidades especiales, ser una leal oposición y, por supuesto, apoyar las mejoras pedagógicas.

Leí en un artículo hace tiempo una cita de un responsable de un AMPA “un padre implicado en temas educativos, que participa en el AMPA, es un padre participativo, con capacidad de iniciativa, con cierto espíritu crítico, no pasivo, que a la vez está aprendiendo sobre temas educativos y de gestión para los que quizá no esté totalmente preparado. Teniendo en cuenta que las madres y los padres educamos sobre todo a través del ejemplo, ¿no son estos los valores y las competencias que queremos que adquieran y desarrollen nuestros hijos e hijas? Por lo tanto, creemos que la participación de los padres en el AMPA incide en un menor fracaso escolar».

Personalmente, y aunque soy socio del AMPA, me avergüenza reconocer mi escasa, por no decir nula participación, en las actividades que hacen las madres y padres del centro donde estudia mi hija. Y aunque alguna vez he tenido la tentación de quejarme por algo que no me ha parecido perfecto, reconozco el esfuerzo y dedicación de tiempo de esas decenas de miles de voluntarios para algo que es fundamental para todas las familias: la educación de nuestros hijos.

Por eso digo, !Tres hurras por las AMPAs!

Chema Rodríguez